Y te duele que te lo diga, pero es verdad. Y como una tonta, le sigues queriendo. Vaya.. Ahora le necesitas. Necesitas su mirada, su sonrisa, uno de sus abrazos.
Te promete bailes, sonrisas, cosas que jamás sucederán. Y tú le sigues teniendo ahí. Aunque tu sentido común te diga que no. Porque tu corazón te dice que sí, y ese es el que manda.
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