¿Olvido o distracción?

No sé si te conseguiré olvidar un día. Ya conseguí olvidarme de otros que jamás pensé que lo iba a hacer. Y ahora apareció en mi vida otro motivo para sonreír. Ya no eres el único que dibuja sonrisas en esta carita. Vale, tal vez dibujes la gran mayoría de ellas, pero no el 100%. Y es que ya no siento lo mismo cada vez que te hablo, porque ahora me pasa con otra persona. No sé cuanto va a durar. O si te conseguiré olvidar. No sé si me distraigo, o si te consigo olvidar.

Un 8 tumbado.

- ¿Sabes? He conocido a un chico. Es genial.

+ Vaya, me alegro mucho...

- No conseguirá igualarte.

+ Cualquiera que sea capaz de quererte, será mucho mejor persona que yo.

Como un simple pez.

Y te das cuenta de que jamás llegarás a conseguirlo.
Que fuiste la que mil veces lo intentó. La que estuvo siempre ahí, esperando el milagro que no se llegó a realizar. Quizá por eso, es el aprecio que te tiene.
Pero tú no sientes lo mismo. Quieres ser el "todo" en su vida, y solo eres una décima parte.
Te ha ilusionado, te ha hecho sonreír en los peores momentos, te ha levantado cada vez que caíste en el camino; pero en realidad, lo único que ha hecho ha sido enamorarte.
Y tú, como un simple pez, picaste en el anzuelo. Y ahora, estás enganchada a él. No puedes pasar un segundo sin hablarle.
Pero él no vive por ti, su corazón late por otra persona. Y eso es lo que lentamente te mata por dentro.

She.

Ella, la misma a la que siempre dices que es muy guapa, por más que te lo niegue, a la que según tú, cualquier vestido, o cualquier peinado le queda perfecto.
Ella, la que hace cualquier cosa por pasar cinco segundos contigo, a la que le da igual irse a un centro comercial, o a un polideportivo a echar unas canastas.
Ella, la que intenta ser la mejor persona del mundo contigo, y a la que consideras tu mejor amiga.
Ella, la que sábado a sábado ve como la olvidas por estar con otra.
Ella, la que no se cansa de luchar por ti, partiéndose el corazón por mil razones.
Ella, la que te ama, y a la que amas; aunque no quieras reconocerlo.

Yo quiero un mundo contigo.

Una señal del destino; no me canso, no me rindo, no me doy por vencido.

Quizá, es tu mejor opción.

- ¿Qué tal tu cita?
+ Bien, he bailado.. He bailado baladas. Me he reído, y la he llevado a la puerta de su camarote, como un caballero... Eso le has dicho, que soy un caballero, ¿no? Claro... Pero entonces, no entiendo por qué nada más empezar la noche me ha dicho que no quería hacer el amor conmigo...
¿Qué? Si tengo fama de caballero, y no de asaltacamas, ¿a qué viene esto?
- Da igual..
+¿Y tu cita qué tal? Por lo que he visto bien...
- Perdóname, no me debía haber besado delante tuya, Ulises, de verdad... Es demasiado pronto.
+ Está bien, somos amigos, hemos roto... Y si hay algo bueno para lo que sirve romper, es que deja sitio al siguiente. Si no rompiéramos con nadie seguiríamos con la misma gente de la guardería, ¿no? Pero así pues puedes conocer a alguien mejor.